
La educadora Cecilia Borja nació en Barcelona el 12 de Agosto de 1882, viniendo al país muy pequeña. Maestra a los 18 años, perteneció a ese grupo selecto formado por Mary Granan en la Escuela Normal de La Plata. En 1902, se hace cargo de la dirección de la Escuela Nº1.
Toda su trayectoria está signada por su afán progresista, por su amor inmenso por la libertad e igualdad entre los seres humanos. Este fue su mayor logro, a pesar de su meritoria labor de escritora reconocida internacionalmente.
Porque Cecilia Borja formó a sus educandos para que fueran los ciudadanos libres de una república: cristianos o judíos fueron lo mismo, porque eran argentinos. Fuimos tolerantes, porque nos enseñó a serlo.
En 1913 fundó la Escuela Normal Popular, incorporada a la Normal Nacional de Pehuajó desde 1917 a 1923 paralelamente la Sociedad de Beneficiencia Manuel Belgrano, que también creara, amplió una valiosa obra de acción social, más que nada para costear los estudios de jóvenes de escasos recursos.

Su basta labor literaria, dedicada en especial a los niños, comprende libros; de lectura y obras teatrales. Así fue como presidió, ya en Adrogué, la Comisión de Espectáculos Infantiles Educativos, auspiciada por la Liga Argentina de Educación y la Federación Argentina de Sociedades Populares de la Educación.
Publicó libros de poesías concurrió a congresos, colaboró en diarios y revistas, formó parte de numerosas instituciones culturales y educativas, presidiendo hasta su muerte, ocurrida en Adrogué el 16 de Junio de 1950, La Liga Argentina de Educación. Años antes, una calle de Casares, llevaba su nombre: porque lo mejor de sus afanes, y sus sueños juveniles acá quedaron junto al gran amor de su vida. Escribió por no llorar, alcanzó el éxito y supo de hondas desilusiones como mujer. Todavía le débenos el monumento que merece. Gracias España por habérnosla dado.
Fuente Nueva Imagen (Suplemento especial 90 años Sociedad Española)
La Avenida Cecilia Borja es una de las arterias principales del segundo anillo céntrico de la ciudad de Carlos Casares.
Nace en la puerta del Museo Municipal a la altura de la avenida San Martín y se extiende por 1.500 metros de Oeste a Este.
Recorre más de cinco barrios y pasa por uno de los establecimientos educativos más caudalosos de la localidad, “El ex Colegio Nacional”.
Dicho corredor adoptó el nombre propio de una docente barcelonesa que instruyó a varias generaciones del por entonces Pueblo Maya” a principios del siglo XX.
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